Hojas de otoño. Capítulo 17.

Arreglos

—Te dije que nos ayudaría —odio estar de acuerdo con él pero en esta ocasión no puedo negarlo.

Pareciera que la noche desea ayudarnos y ha escondido a la Luna para que la oscuridad nos arrope e impida que seamos vistos. Mis hombres y los de Feilong se mueven a nuestro alrededor, desplegándose según nuestras ordenes.

Trato de ignorar a Feilong y bajo de la camioneta. Automáticamente mi mano derecha se mueve hacía mi costado izquierdo para desenfundar mi arma. Estamos afuera de la dirección que nos dieron y estamos por entrar por Akihito.

La puerta se abre sorpresivamente y de ella sale alguien corriendo. No necesito acercarme a la persona que ha salido, para saber quién es, ni siquiera necesito de luz para ver su rostro o escuchar su voz, con solo ver su cuerpo ensombrecido por la oscuridad, con eso es suficiente para estar seguro, quién salió es él… es Akihito.

Nadie contaba con esto así que todos nos quedamos quietos esperando a ver qué ocurre… bueno mis hombres esperan, porque yo no, yo camino hacía él a pasos lentos pero seguros.

Él parece estar desconcertado, no sabe a dónde ir o que hacer, mira hacia los lados sin moverse, hasta que un grito lo asusta y lo hace moverse, solo que el miedo hace que tropiece y caiga al suelo.

— ¡Regresa ahora mismo! —una voz extrañamente conocida para mi le grita desde adentro de la casa.

Estoy a unos cuantos metros de él, casi puedo oler el perfume de su piel. Su cuerpo parece temblar, jamás lo había visto así… él esta aterrado.

¿Dónde está mi Akihito?

Me acerco a él y justo cuando estoy por abrazarlo…

—DAMN IT! I don’t believe!! —Henry grita realmente sorprendido. Lo veo de pie en el marco de la puerta, su cuerpo es iluminado tenuemente por la escaza luz proveniente de adentro —. Yo te vi morir —pasa su mano por su cabello.

— ¿Creíste que un mediocre cómo tu podría matarme? Ni en tus sueños, imbécil —hablo fuerte y claro para que Akihito me escuche.

Takaba vuelve su mirada hacía mi y siento como empieza a escudriñarme, como tratando de ver si realmente soy yo. No puedo ver sus hermosos ojos azules, ¿seguirán teniendo ese hermoso brillo o ese maldito se lo habrá borrado? Si se atrevió a lastimarlo lo suficiente como para cambiar esa picara mirada, juro que lo haré sufrir tanto que me suplicara que lo mate.

— ¡Asami! —Su voz, por fin puedo escucharlo de nuevo.

Mi corazón a retomado su habitual latir, solo de escucharlo, es como si le dieran cuerda de nuevo.

—Asami, por fin viniste —su tono no es de reclamo, de hecho creo que se está regodeando.

— ¿Me extrañaste? —mi pregunta parece divertirlo, pues un chasquido escapa de su boca.

— ¡Idiota! — me contesta supuestamente enojado.

—Es muy divertido ver tan tierno reencuentro, pero me temo que hasta aquí llegó —Henry habla y antes de que pueda reaccionar un estruendoso ruido escandaliza la noche al mismo tiempo que calla a todos.

No puedo ver a nadie, sin embargo escucho las expresiones de sorpresa y una sola de ellas es la que me atrae.

— ¡Akihito! —grito y corro hacía donde yace tirado.

Una creciente mancha, en su pecho, lo tiñe de rojo.

Escucho varios tiros más y gritos a mí alrededor pero no soy capaz de voltear a ver qué está ocurriendo. No mientras la vida de Akihito se está escapando por mis manos.

— ¡Una ambulancia! ¡Alguien llame una ambulancia! —grito desesperado —. Akihito. No te muevas, pronto llegará una ambulancia y te pondrás bien —le hablo lo más seguro posible.

—Ya estoy bien… ya estoy a tu lado —habla lento y casi en un susurro. De repente su cuerpo es tan pesado y esta tan quieto.

No entiendo lo que ocurre, o tal vez no quiero entenderlo… la calidez de su sangre sigue empapando mis brazos…

— ¡Noooooooo!

Abro los ojos y la súbita oscuridad me deja paralizado. Miro a todos lados y lo único que vislumbro son los contornos de las cosas en la habitación, la tenue luz de la luna que se traspasa por las delgadas cortinas inunda el lugar.

Noto la agitación de mi pecho, respiro apresuradamente y mi corazón late desenfrenado… todo fue un sueño, mejor dicho una pesadilla.

Paso mi mano por mi cara y al restregar mis ojos me percato de la humedad que se ha desbordado de ellos, mojando mi rostro. El sudor baña mi cuerpo y una extraña sensación de miedo me invade.

— ¡¡Maldita sea!!

Maldigo en voz alta, es lo único que de momento puedo hacer.

—Akihito, por favor aguanta, pronto te encontrare.

No dejaré que esta pesadilla se vuelva realidad.

—Sr. Asami luce fatal —Kirishima me sirve el desayuno.

—Gracias Kirishima —contesto a su comentario, más que a su atención.

Enciendo la televisión y mientras veo las noticias, recuerdo que desde que desperté por la pesadilla no pude dormir de nuevo. Pase la noche en vela, pensando en Akihito.

Solo han pasado dos días desde que vi a Gianella y sigue sin comunicarse conmigo.

“Respecto a lo ocurrido ayer por la noche, el FBI no ha hecho declaraciones. De momento solo sabemos que un agente salió lastimado y que ahora se encuentra en el hospital recuperándose. Esperamos más información sobre el extraño incendio ocurrido en las oficinas de la policía y que arrasaron con todo el edificio.”

«Así que ya lo hizo» fue lo primero que pensé tras escuchar al presentador de noticias. Al terminar de desayunar me cambie y le pedí a Haruki que me comunicara con Shinji.

—Asami, ¿ya sabes algo? —Shinji me pregunta.

Después de hablar con Gianella, hable con Shinji y Stuart sobre el encuentro. Necesito mantenerlos informados para que estén listos en caso de que algo ocurra o de que necesite de su ayuda.

—No, sigue sin llamarme —le digo rápidamente —. Vi la noticia en televisión ¿cómo está Stuart? —le pregunto sin mostrar preocupación pues se supone que todo está dentro de lo planeado.

—Bien. Estará en el hospital por unos días, los médicos dicen que inhalo humo, además de un golpe en la cabeza —lo dice tranquilamente —lo fui a ver en la mañana y parece estar peor de lo que dice. En fin no va a morir.

— ¿Logro deshacerse de todo? —se supone que para eso fue el incendio.

—Dice que sí. Además de hacer que todo parezca que fue hecho por la misma persona que causo la explosión del auto. Definitivamente Henry será el presunto causante de la explosión —concluye.

—Perfecto —contesto.

De esta manera toda la información que Stuart estuvo manipulando quedará borrada, solo quedaran los registros hechos por él y no habrá manera de que intenten revisar las pruebas pues estas quedaron hechas cenizas.   

—Dile Stuart que descanse, de momento no necesitamos de su presencia. Si llega a saber algo trascendental por favor que te lo diga para que me lo comuniques —y antes de que diga algo continuo mi comentario — Por favor mantente cerca de él —le pido y espero que me haga caso.

—No soy un niño al que le debes de recordar sus obligaciones. Se hacer mi trabajo, así que no me molestes —me contesta enfadado.

—Ok, eso espero. De momento es todo, a menos de que tengas alguna información para mí.

—No. Las autoridades de Chicago me dijeron que de momento siguen sin saber nada de Akihito, pero que tienen algunas posibles líneas de investigación. No quieren decirme cuales son, supongo que una de ellas es la de Smith. También escuche que tu nombre salió a relucir, aunque no me han preguntado nada directamente. No quieren dar más información —me cuenta lo poco que le han dicho, con todo y que diariamente los ha estado hostigando, técnicamente ese es su trabajo, para que sigan investigando.

—Está bien, entonces estamos en contacto —es lo último que digo.

—Si —Shinji no agrega nada más y solo cuelga.

Después de hablar con mi amigo Haruki irrumpe en mi silenciosa habitación.

—Sr. Asami Yoh está aquí —me avisa y al escucharlo me enojo, pues se supone que no deberíamos de vernos.

—En un momento voy —le contesto algo irritado.

—Sí, señor —contesta antes de salir.  

El clima ha empezado a cambiar, los colores que imperan en el paisaje son tan tristes. El otoño nunca ha sido mi estación favorita y con lo que está ocurriendo, ahora, menos.

    

Al entrar en la pequeña sala, miro a Yoh molesto por su visita.

—Sr. Asami lamento estar aquí pero considero que mantenernos alejados está demás. —me mira nervioso y espera algún comentario de mi parte pero no lo hago —. Tome todas las medidas necesarias para impedir que me siguieran —supongo que con eso espera que me tranquilice.

—Ya que tenías tantos deseos de verme, debe de ser por algo importante —al hablar, Yoh parece más nervioso.

—Considero que lo que tengo que decir es importante, además supongo que pronto tendremos que planear nuestros siguientes pasos. Estoy seguro que en pocos días daremos fin a esta búsqueda.

—Espero que así sea, ya estoy harto de corretear a ese estúpido. Más de veinte días sin saber nada de Takaba me está poniendo de muy mal humor —contesto molesto, pues no puedo creer que aún no sepamos nada de Takaba. Y más que enojado estoy ansioso por ver y tocar a mi Akihito.

—Hace unos días averigüe que el niño, del que hablo la Srita.  Ricci, que cuida Natalie efectivamente no es de ella, sino de Henry Smith —Al escucharlo mi mente empieza a elucubrar sobre lo dicho —.

—Gianella no desea usar al niño, sin embargo si se entera de quién es su padre tal vez cambie de parecer —le digo mientras sigo pensando cómo usar la información obtenida — ¿Estás seguro?

—Sí completamente, el niño parece de tres años, no sé quién sea la madre. Henry lo visita tres o cuatro veces por semana, por la tarde. Creo que realmente lo aprecia. Me entere por una casualidad, ya que mientras seguíamos a Henry, pudimos escuchar una pequeña conversación que mantuvo con el pequeño, el niño lo llamaba papá y Henry le dijo hijo, además el niño le pidió ver a su mamá, supongo que Henry cuenta con la custodia del niño… cómo sea eso no importa —Así que ese tipo tiene un hijo, aún no lo creó —Podríamos usarlo como moneda de intercambio, obviamente no le diríamos a la Srita. Gianella de esto.

Yoh está expectante de mi respuesta.

—No —. Contesto rotundamente.

—Pero…

—He dicho que no —contesto enojado —. No pienso negociar con Henry, razón por la cual no necesito una moneda de cambio.

—Entiendo el punto, pero piense que en caso de que el enfrentamiento se complique, podríamos usarlo…

—No. Yoh no involucrare a un niño —si lo hiciera y Takaba se entera seguramente me odiaría —. Lo que si haremos es evitar que Gianella se entere, no quiero que use al niño en su venganza —si dejo que algo le pase al niño, y Takaba se entera, también me odiaría.

—Está bien, cómo quiera —me contesta enojado.

—Por cierto ¿ya viste a Feilong? —Yoh se mueve nervioso en su asiento.

Saco una cajetilla de cigarros y le ofrezco, él niega con la cabeza y yo saco uno lo enciendo y le doy la primera calada profunda y revitalizante.

—No señor Asami, yo no me he acercado al señor Feilong. Todo este tiempo me la he pasado trabajando arduamente —contesta algo nervioso.

—Ya veo, espero que sigas trabando así.

Le digo mientras busco mi cenicero.

— ¿Tienes alguna información más?

—No señor, de momento no hay nada más.

—Bien.  —Inhalo un poco más —Requiero que de ahora en adelante pongas mucha atención a la rutina de Natalie, síguela y busca cual sería el lugar y el momento perfecto para interceptarla. Sí Gianella cumple con su parte del trato yo debo de hacer lo mismo. Así que estúdiala bien, pues es nuestro cheque de pago.

Yoh asiente.

—Sí, señor. No se preocupe, esa mujer no será un problema —. Contesta seguro.

—Pues si es todo, puedes retirarte.

—Sí señor.

Yoh hace una reverencia antes de salir de la habitación.

Cinco días después.

Vrrr, vrrr, vrrr

El continuo vibrar de mi celular sobre mi buro, me despierta.

Tras restregarme los ojos y ver el reloj marcando las 5:00 a.m. contesto.

— ¿Bueno?

—Lamento despertarlo, pero imagine que querría saber esto, sin importar la hora, por cierto soy Gianella.

Solo de escucharla siento como a sangre es bombeada con rapidez por todo mi cuerpo.

— ¿Lo averiguaste?

Le pregunto, sin siquiera saludarla, eso no tiene importancia comparado con la información que tanto deseo escuchar.

—Sí.

Me siento de inmediato en la cama, las mantas caen al piso, dejándome al descubierto, la desnudez de mi pecho y de mis piernas me pasa desapercibida, el frío de la madrugada es imperceptible para mí. La sangre recorre mi cuerpo con tal velocidad que lo mantiene caliente y listo para salir corriendo en la búsqueda de mi Akihito.

— ¿Dónde está?

Pregunto ansioso por saber a dónde debo dirigir mis pasos.

—Está en la casa que heredo de sus padres, la dirección se la enviare por mensaje, junto con algunos otros datos. Si puedo ayudarle de alguna otra manera con gusto lo haré siempre y cuando usted recuerde que espero el cumplimiento de nuestro acuerdo.

—Claro que no lo he olvidado —afirmo y me pongo de pie —. Y cumpliré con mi pago.

—No esperaba menos. No creo que desee contarme como actuará y tampoco se lo exigiré, solo le diré que mis hombres han sido informados sobre su presunto ataque al rey y lo ayudarán.

—Gracias —contesto algo apresurado.

—Supongo que tiene mucho que planear, así que lo dejo, trabajar —habla y casi puedo asegurar que una sonrisita se ha dibujado en su cara. —Espero que recupere a su amigo.

—Gracias —repito —. Si su información es verdadera, usted podrá cumplir sus deseos de venganza y yo recuperar lo robado.

—Entonces espero que los dos seamos capaces de satisfacer nuestros deseos —Gianella habla un poco más seria.

—Espero que así sea.

—Le toca a usted hacerme una llamada que me llene de júbilo.

—No la haré esperar tanto —contesto y con esto doy por terminada nuestra llamada —Adiós.

—Adiós, Sr. Asami.

Al despedirnos, busco con rapidez mi ropa. Al terminar de vestirme, mi celular comienza a sonar de nuevo y veo que un mensaje aparece en la pantalla.

Ahora tengo todo lo que necesito para recuperar a mi Akihito.

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Holaaaaaa!

Este capítulo debió haberse subido hace como una semana... creó, lo siento mi trabajo me atrapo y hasta ahora tuve tiempo de terminarlo y editarlo. 

Espero que lo hayan disfrutado, con esto creo que termino los preparativos para el final y ahora si iniciamos el desenlace... ahhhhhh que triste.

Bueno solo deseo que comenten y me digan todo lo que deseen sobre la historia. 

En el caso del final de Verano caliente los últimos cuatro o tres capítulos los subi juntos al blog y los programe para que salieran uno por semana, de tal manera que no hubo fallo en su publicación, en esta ocasión me temo que no los he escrito así que iran apareciendo según los vaya terminando, lamento hacerlos sufrir pero es lo que hay. 

Por cierto que alguna personas en el grupo asumieron que era el tan esperado reencuentro entre el yakuza y el fotografo lamento haberlas ilusionado... en realidad no lo lamento ya que es lo que deseaba XD Sin embargo es solo una probadita de lo que será el tan esperado reencuentro.

Por el momento es todo, los quiero y espero leerlos.

Cuídense mucho, see you :)